Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Qué deseas que ocurra ahora?




¡ES ÉL! Ha vuelto después de bastante tiempo sin aparecer por aquí, el personaje preferido por niños y mayores, aquel que os ha robado el corazón. ¡Zenzei Muzazhi!

Por ello y para celebrar su regreso os vamos a plantear una nueva encuesta sobre el desarrollo de nuestra historia:
¿Cómo quereis que se desarrolle la emboscada?
Puede parecer una simple refriega entre un puñado de orkos y unos desharrapados pero por cosas más ínfimas en el mundo real se ha armado la de dios es cristo, (sin ir más lejos: 1999, la segunda batalla por la colina del McAuto, 14 bandos implicados, 4.200 entre muertos y desaparecidos y todo por uno mísero pepinillo en un pedido que no tenía que llevarlos).

Pues ya sabeis, votad en la columna de la derecha y si dejais un comentario mejor que mejor, que vuestro apoyo es nuestro combustible.
Pensad que vuestras decisiones decidirán la caída de Valaquia Prima.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Muzazhi. Tierras pielesverdes. Hemisferio Ártico. 03

Los humanos avanzaban en la oscuridad con mucha confianza. Si eran exploradores eran los peores que Zenzei Muzazhi había visto en su vida.
El enorme orko estaba a cubierto bajo raíces y maleza tan congelada que podía herirle si se descuidaba con sus afiladas hojas de hielo. Los observaba caminar por el blanco bosque con la ayuda de unos grandes prismáticos dispares y expresión enfadada en sus monstruosos rasgos. Se pasó la lengua por los enormes colmillos mientras obligaba a su cerebro a trabajar.
Los chicoz estaban en posición para el ataque, podía sentir la ola de anticipación de los jóvenes, algunos incluso mordían las armas con frustración por el deseo de combatir. Tendrían que trabajarlo más. Cualquier orko podía cargar como un loco pero muy pocos podían esperar en silencio a que sus víctimas se colocasen en la mejor posición.
Volvió su atención a los humanos que permanecían indiferentes a la emboscada en que se estaban metiendo. Algo en su cerebro le intentaba alertar de que había algo erróneo en todo ello pero aunque Muzazhi era un orko increíblemente astuto, por desgracia era tan poco dado a la introspección como cualquiera de sus congeneres.
Tal vez si hubiese seguido pensando en ellos se habría dado cuenta de que ninguno de los humanos exhalaba vapor por la boca al andar lo cual, en aquel infierno helado, solo podía significar que ninguno de ellos respiraba.