Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Nueva encuesta. Temáticas.

Bien, planteamos ante vuestra insistencia una nueva encuesta, en este caso relacionada con la temática por la que deseeis que continuemos.
Hellsing ya ha aterrizado (¡por fin!), es hora de que la trama avance...

Ya sabeis como va, podeis votar en la columna de la derecha por estas opciones.

Investigación:
Si quereis que los personajes descubran los secretos de Valaquia Prima.

Bélica:
Si opinais que esto es un cachondeo ya que estamos En el siniestro universo del futuro solo hay fostias como panes™ y aun no se ha dado un tiro en condiciones.

Aventura:
Si quereis que Hellsing tenga un látigo y corra con la silla de ruedas delante de una enorme piedra redonda que le persigue en viejos templos abandonados buscando artefactos ancestrales esta es vuestra opción.

Romance:
En el siniestro universo del futuro solo hay fostias como panes™ todos tienen sus corazoncitos. Tal vez prefirais que alguien empiece a sentir las mariposas en el estómago.

Humor:
Si quieres que Bruce y Muzazhi tengan más protagonismo y desarrollen más sus tramas vota por esta opción.

Musical:
Esta es de coña, ni se te ocurra votar esto.

Terror:
Nada de Scream ni pijadas así, estamos hablando del terror auténtico: de zombis, alienígenas chungos, Jocántaro y cultos sectarios.


Ah, y desde ya podemos prometeros que al final no se descubrirá que todos los protagonistas están muertos, ejem...ejem...

martes, 25 de mayo de 2010

Hellsing. Colmena alfa. 09

Visto más de cerca aquel hombre impresionaba. Destilaba firmeza, poder y autodominio. Avanzaba envarado con una expresión severa en el rostro y una mirada atenta. La mujer tenía una sonrisa tensa que no se reflejaba en sus ojos.
Tras la pareja avanzaban dos hombres. Uno era un rollizo oficial demasiado orondo para el lujoso uniforme que llevaba y contrastaba con la sencillez de la indumentaria gastada del hombre retorcido que avanzaba a su lado sobre prótesis mecánicas y con horribles cicatrices en la cara.
Atlua avanzaba a la derecha del inquisidor, un paso por delante, pero cuando la distancia se acortó retrocedió junto con Sonner para flanquear al anciano. No dejaba de mirar a la compañera del Alto Señor Draco. Su compañero interrogador también la miraba pero por motivos totalmente diferentes. Menudo imbécil.
Ambos grupos se detuvieron uno frente a otro. El guardaespaldas soltó la silla de ruedas y dejó caer las manos a sus costados en una postura aparentemente descansada. Las empuñaduras de sus armas estaban ahora a su alcance.
-Inquisidor Hellsing - dijo el severo gobernante – sea bienvenido a Valaquia Prima. Toda colmena alfa está a su disposición.
-Alto Señor Draco – contestó el anciano con formalidad.- agradezco su hospitalidad. Mi séquito y yo estábamos deseando abandonar la nave y visitar su bello mundo.
El viejo general pareció madurar sus próximas palabras.
-Disculpe si cometo algún error en el protocolo inquisidor, no estamos acostumbrados a las visitas y creo que mis súbditos han organizado la recepción con demasiada frivolidad.
Dirigió una mirada a la banda de música que acometía otro himno con más ganas que habilidad y a la masa de nobles encabezada por los Berdekat de colmena Beta que esperaba con mal disimulada impaciencia que Draco terminase su saludo para comenzar con el suyo.
Hellsing emitió una de sus características carcajadas secas.
-No se preocupe Alto Señor. Creo que a ninguno de los dos nos gustan estos festejos. Si algo va mal siempre podremos mentir a los cronistas diciendo las enormes cantidades de lisonjas y mutuo respeto que nos dedicamos.
Vlad mostró algo parecido a una sonrisa ténue.
-Su franqueza resulta refrescante inquisidor.

martes, 18 de mayo de 2010

Hellsing. Colmena Alfa. 08

Poco a poco Hellsing y los suyos recorrieron la bodega de la nave rumbo a la rampa de descenso. Más alerta aun que de costumbre sus discípulos avanzaban ante él con falsas expresiones de cordialidad. Lucca, tras él, empujaba la silla de ruedas con rostro impenetrable. Él no había sentido el poder de aquella mente pero la sorpresa de los otros tres le había dicho todo lo que debía saber.
El inquisidor estaba perdido en sus oscuros pensamientos. La mente que había allí abajo le había recordado el viejo dolor. Solo había conocido una con tanto potencial. Orangal, su viejo discípulo.
Al pensar en aquel nombre sintió el aguijonazo de dolor de Atlua a través del vínculo empático. A veces se olvidaba que ambos habían estado muy unidos.
“Concentrémonos hijos míos. ÉL nos observa”
Lucca activó el transmisor e instó a los que ya habían desembarcado a estar alerta. Algunos de ellos llevaban aguijoneaores neurales disimulados encima, a estos les dio instrucciones más detalladas en canal privado.
Finalmente descendieron por la rampa a aquel frío mundo en un ocaso perpetuo.
Una enorme multitud de personas los esperaba abajo, sobre plataformas con los símbolos de las casas nobiliarias más importantes. Hubo una ovación estremecedora en cuanto salieron de la nave mientras una sonata por la gloria de Terra era acometida con un entusiasmo febril por la banda musical que habían reunido.
“¡Ahí esta!” Sonner sonó con fuerza en sus cabezas. “En la plataforma grande, la mujer del vestido verde”.
Todos la miraron. Era una belleza pelirroja evidentemente ultramundana y de muy buena posicion según sus ropajes y alhajas. Estaba del brazo de un aristócrata de aspecto serio con el pecho cuajado de medallas y un bigote fino que tan de moda estaba en los mundos guerreros del sector.
-Él es el alto señor de la colmena alfa, Vlad Draco, oficial retirado de la guardia imperial. Y ella supongo que será su primera esposa. No he podido encontrar más datos sobre ella.
-Ahora sabemos que es una psíquica increíblemente poderosa.- contestó el viejo Hellsing..- bien, vienen hacia aquí. No seamos descorteses y vayamos a presentarles nuestros respetos.
Los cuatro avanzaron hacia los aristócratas que caminaban sobre una lujosa alfombra roja hacia ellos seguidos de una cohorte de aduladores.
-Y si intenta algo raro la freímos entre los tres.- murmuró el inquisidor con la voz cargada de malicia provocando una sonrisa en los suyos.

sábado, 8 de mayo de 2010

Lord Ciro Berderkat. Cúspide. Colmena Beta. 02


Lo sabemos, lo sabemos, hemos tardado mucho y todos os estabais mordiendo las uñas... Pero entre que hemos tenido un ligero problema informático relacionado con el portatil y una jarra de cerveza algo inestable. Y que últimamente nuestra atención y tiempo han sido dedicados a un montón de curvas increíbles que no cesa de obedecer nuestras más nímias órdenes y de hacer posturas increíbles que nos dejan sin aliento (Efectivamente hemos estado jugando al Gears of War 2). Ha estado dificil de actualizar.
Las quejas se las podeis hacer directamente:


Ahora en serio. La historia continua:




-La pregunta es señor Berdekat ¿por qué su propio padre no le ha invitado a acompañarle a uno de los mayores acontecimientos sociales a nivel planetario de este año?
Ciro miraba embelesado a la terapeuta mientras hablaba. Era su segunda visita al centro de salud mental, jamás había repetido en instituciones similares a no ser que le su padre ordenase que le internasen por la fuerza. Sin embargo, jamás había creído que alguien podía comprender las tribulaciones y sufrimientos del segundo hijo del Alto Señor de la colmena Beta. Pero ella, aquella mujer perfecta, había empatizado con él desde el primer momento. Era cercana como ninguno de sus familiares lo había sido nunca y a la vez destilaba un poder y una autoridad que hacía sentir a Ciro como un tímido infante deseoso de complacerla.
Hubo un largo silencio tras la pregunta. Las miradas se cruzaron y ella venció tras solo unos instantes, haciendo que él mirase al suelo.
-Respóndame señor Berdekat.
Ciro se tironeó del cuello de la camisa. Hacía calor, estaba sudando y el ambientador de flores artificiales le embargaba de una sensación pegajosa que no le ayudaba.
-No, no… no lo se.
Ella se inclinó sobre él. Por un instante pareció que iba a tocarlo con sus perfectas manos y el corazón del noble latió desbocado con anticipación, pero finalmente se detuvo a medio camino dejándolas sobre el escritorio. Los diminutos implantes psicoactivos de las yemas de sus dedos bailaron sobre la superficie activaron la pantalla holográfica horizontal.
Su propio rostro lo miró entre aquellas manos, que por un instante parecieron acariciarlo con un oculto apetito. Con las suyas él se tironeó de nuevo de la camisa.
-Lo sabe, pero no quiere afrontarlo.
Él negó con la cabeza intentando alejarse de ella en las profundidades de su butaca. El rostro que lo miraba parecía más gallardo que el suyo, una visión idealizada de lo que él veía en el espejo. Una imagen de lo que él podía llegar a ser.
Un chasquido de dedos y su rostro se desvaneció siendo ocupado por el de su padre.
-No podré ayudarle si no lo reconoce.
Aquello fue demasiado. Intentó levantarse, escapar de allí antes de perder el control, antes de que “la niebla roja” como él la llamaba empañase totalmente la visión y golpease rugiendo a aquella mujer hasta matarla como a…
Sin embargo no pudo hacerlo. Era rápida, tanto que consiguió bloquearle el paso.
Fue a golpearla, realmente levantó el brazo para hacerlo, pero aquellos ojos azules le detuvieron. La terapeuta sonrió cuando lo bajó. Nunca en toda su vida “la niebla roja” se había retirado antes de que hubiese cometido una estupidez y quedase embargado en la vergüenza.
Tragó saliva.
-No huya de nosotros señor Berdekat. Para que le ayudemos debe usted empezar ayudándose.
Él cayó de rodillas.
-Ha huido de todo en su vida. Jamás se ha enfrentado a su verdadero problema.
Sollozó vencido por las emociones. Lágrimas que jamás había vertido se derramaban ahora por sus mejillas.
-Hágalo ahora señor Berdekat. Explíqueme por qué está usted aquí llorando mientras su padre y su hermano gozan de la hospitalidad de colmena Alfa.
Levantó el rostro, en sus ojos turbios de lágrimas brillaba ahora una emoción cercana a la furia.
-Porque… porque ellos…¡porque ellos me desprecian!