Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

domingo, 3 de abril de 2011

Imbra. Manufactorum. Colmena alfa. 11

Uno de los hombres grises se acercó y la sacudió instándola a ponerse en pie.
¿Acaso no era consciente de que su cuerpo no obedecía?
No oía sus palabras y no sabía por qué, su mente parecía estar muy lejos de allí, y el mundo se movía demasiado rápido mientras el suelo persistía en su continuo vaivén.
Había una compañera en pie ¿se llamaba Vera?, sostenida por otras iluminadas por las llamas. Un grupo de trabajadoras pasó corriendo portando una manguera. ¿No deberían estar trabajando?

Vera parecía a punto de caer, mientras un hilo de sangre caía de su frente. Imbra intentó acercarse a ella, pero descubrió que ni siquiera estaba erguida.
El hombre gris seguía gritándole pero la operaria no oía las palabras. ¡Qué raro era el mundo desde que aquellos hombres grises habían venido de entre las estrellas para llevarse armas a su cruzada más allá del horizonte estelar!.

Parecía importante, así que intentó levantarse. Puso las manos sobre el suelo y las encontró bañadas en un líquido pegajoso de color rojo. ¿Sangre?. Pero Vera estaba lejos...
Con esfuerzo puso las rodillas e intentó levantarse. Alguien le ayudó, con alivio comprendió que eran las compañeras del manufactorum que le habían sacado de debajo del hexápodo destruido. El mundo comenzaba a tener más sentido...
Miró al hombre gris, pero este caminaba hacia Vera que le miraba con horror. El hombre estaba gritando, pero todavía no oía nada. Imbra intentó decir algo, disculparse, expresar dolor o preguntar por los que estaban en la zona de carga cuando ocurrió el accidente.
Pero no llegó a decir nada por que un sonido llegó a sus oídos por primera vez.

El estampido del disparo de la pistola con el que el prefecto del Munitorum ejecutó a Vera.
Y después solo oyó sus propios gritos.

1 comentario:

  1. Caray, eso si que es control de produccion. Ya echaba de menos los relatos. Nos leemos!

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