Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

jueves, 14 de octubre de 2010

Vlad Draco. Aposentos de Hellsing en la Cúspide. Colmena Alfa 11.

El tentáculo infernal. ;D

Vlad llevó a la casi desfallecida mujer hasta la mesa donde el anciano inquisidor seguía mirando la luz con expresión extasiada. Por un larguísimo instante los cantos de sirena resonaron en el cerebro del alto señor, pero un gemido de apremio de Voidova lo hizo reforzarse en su determinación.

Las manos de la psíquica se acercaron a las del viejo y con un grito estremecedor la tentación de aquella luz se desmoronó en mil pedazos, quedando solo la sensación de horrible amenaza.

Algo surgió de uno de los rincones de la habitación. Tenía la consistencia gelatinosa de un tentáculo del grosor de un barril pero a través del helado légamo que lo cubría asomaban zarpas se abrían arañando la realidad, como si fuesen bestias desperezándose después de un largo invierno.

Vlad gritó por la sorpresa, tanto por el horror de aquella forma ajena a todo como por la inimaginable constatación de que era solo una parte diminuta de un horrible engendro que intentaba entrar en la realidad.

Una de las zarpas se cerró sobre la pierna de uno de los guardias de Vlad el hombre despertó a la consciencia lo suficiente como para aullar de pánico antes de ser arrastrado al umbral del Inmaterium, donde su destino sería demasiado horrible para ser narrado.

Draco disparó inútilmente contra las formas más pequeñas con su pistola láser. La energía de se disipaba en una miríada de rayos sin causar daños. Arrojó la pistola y desenvainó su espada hundiéndola en las sombras, en este caso una de las formas retrocedió herida por el filo del arma del alto señor, bendecida por el Eclesiarca Beatorum en el mundo de Efrak durante su investidura como general. La agitó de un lado a otro sintiendo como mordía la carne de las bestias, obligándolas a alejarse de las puertas que Voidova estaba cerrando.

Al otro lado de la habitación el caótico tentáculo se cerró sobre otro soldado y su grito de dolor despertó a Eygor y el resto de los hombres. Sobrecogidos por lo que estaban viendo solo dos de ellos acertaron a disparar aunque sin ningún resultado. Con un estremecimiento que jamás olvidarían el tentáculo se plegó sobre sí y el pobre prisionero explotó en una lluvia de sangre.

Voidova chilló mientras redoblaba sus esfuerzos y las sombras se empequeñecían conforme las puertas con el Inmaterium se iban cerrando. Como si presintiese el peligro el extremo de aquella monstruosidad se giró hacia ella y comenzó a acercarse como un depredador que hubiese olido a su presa. Vlad maldijo a voz en grito mientras las formas se agolpaban al otro lado del mermado portal. Si se detenía un segundo lo arrollarían. Salvarla estaba más allá de sus fuerzas.



La extremidad del inmenso demonio rodeó la cintura de la mujer que con los ojos en blanco no se percató de nada. Su mente libraba su propia batalla más allá del espacio y el tiempo. La cosa se cubrió de espinas y comenzó a apretar. Draco gritó su impotencia.

Una centella cruzó la sala empuñada por un brazo de plata. Una enorme espada surcada por rayos de pureza y bendecida un docena de veces en una docena de mundos sagrados hendió el tentáculo con limpieza salpicando de sangre toda la sala.

La parte cortada se evaporó en una nube de moscas que murieron en el acto, la mutilada que aun estaba unida al umbral del inmaterium se estremeció y retrocedió hacia el infierno del que provenía.

Con su brazo normal Lucca sujetó a la dama Voidova que caía desfallecida mientras Hellsing cerraba las manos sobre las cenizas que reposaban en sus manos y extinguía la luz antinatural.

En ese instante las sombras de la habitación se convirtieron en meras sombras y los burlones rostros que asomaban de ella solo quedaron en la aterrada memoria de los presentes.

1 comentario:

  1. Señor!!! Por un momento he temido que se perdiera a Voidova, habria sido una pena porque me gustaria saber mas del personaje. Si buscabais mantener el suspense hasta el ultimo momento esta hecho. Os siguo con impaciencia

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