Hoy habla Zerat Aratkal, sed buenos con él.
Simplemente leyendo el título recordé la cantidad de veces que había escuchado la fatídica expresión “…como Tolkien” y han sido muchas, muchísimas.
Me vino a la cabeza que cuando siendo más joven alguien se enteraba que escribías relatos y obras fantásticas había dos reacciones posibles:
La primera era mirarte raro. ¿Escribes sobre cosas fantásticas?-preguntaban con una expresión en el rostro que parecía decir: Eso es de niños, las personas sensatas y maduras escriben sobre desamor, el aburrimiento por la vida o cosas reales que puedan pasar en el mundo.
Ante esta postura simplemente me encogía de hombros, si la persona pensaba que la producción literaria no debía abordar el campo de la fantasía, sinceramente no me interesaba discutir mi punto de vista con ella.
La segunda de las reacciones era decir ¡Como Tolkien!. Y esto era también muy descorazonador. Todo tu esfuerzo, ilusión y trabajo se veían automáticamente comparados con los del autor legendario y más conocido, como si todo lo que hubieses escrito fuese un mero refrito, y no se pudiesen crear historias interesantes y originales tras El Señor de los Anillos.
Je, recuerdo una conversación en mi primer año de universidad en la que un compañero afirmaba que no había podido terminar de leer Elric de Melniboné (y estoy hablando de la primera novela la cual es sinceramente COJONUDÍSIMA creo que no hay otra palabra más clara para definirla) por que le parecía un refrito de la trilogía Tolkeniana sin elfos ni enanos. ¡Por Arioch es que hace falta ser tarugo!
Haciendo un pequeño símil con el mundo miniaturil la sensación de frustración era como pintar durante días un capitán marine espacial y cuando te lo valorasen te dijesen, “la pintura perfecta, pero te doy un 5 por que no me gustan los ultramarines”.
Para mi es inconcebible que nadie mire
Todos los autores, sean importantes y triunfadores, como George R.R. Martin, menos conocidos (como Javier Negrete o Andrzej Sapkowski, por citar los del artículo referido) o totalmente amateur como un servidor tenemos que soportar esa losa sobre nuestro trabajo. Como excepción curiosamente todavía no he oído la comparación entre ESDLA y Mundodisco de Terry Pratchet.
Tal vez por ello el género fantástico sea aún muy menor, sobretodo en nuestro país, algo que, parece ser está cambiando con el tiempo. Ojala podamos decir lo mismo de esta tendencia nuestra a hacer comparaciones que en muchos casos no tienen sentido.
Podría ser peor, te podrían haber dicho que te pareces a Salvatore...;)
ResponderEliminar¡Calla truhán!
ResponderEliminarCon eso no vuelvo a tocar una tecla.