Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

domingo, 6 de junio de 2010

Atlua. Fiesta de recepción. Colmena alfa. 05


Atlua sonrió con disimulada falsedad ante una ocurrencia cargada de simpleza de Temmefls el general de la FDP, mientras saboreaba el espumoso licor valako que le habían servido en la recepción. Sonner rió a su lado sin apartar los ojos de Voidova, la primera esposa del Alto Señor de la colmena que participaba en la conversación con elegancia innata. Ambos interrogadores no cesaban de lanzar pequeñas y disimuladas sondas hacia la mente de la mujer sin conseguir nada. Su mente era de puro acero, y si percibía aquellos ataques la simpatía de su rostro no dejaba que se notase.
Hellsing se había marchado acompañado de su guardaespaldas y del Alto Señor Draco a que el resto de aristócratas le hiciesen la corte mientras ellos quedaban acompañados de los servidores más importantes de su anfitrión.
Por unos instantes Atlua se abstrajo de la conversación y examinó la enorme azotea de desembarco engalanada con flores autóctonas. Cientos de personas habían acudido al aterrizaje con ilusión. En muchos otros planetas la interrogadora había visto respeto y miedo ante la llegada del viejo Hellsing pero en Valaquia Prima habían organizado un auténtico festival. Había grandes danzas multitudinarias amenizadas por la banda de música que había pasado de los himnos imperiales a canciones populares de los nativos.
No era lo único extraño de aquel mundo. Había leído los informes sobre el planeta decenas de veces. Sabía que las ciudades colmenas se ubicaban en una franja de perenne ocaso, pero no estaba preparada para vivirlo. La luz agotada que moría a mitad del firmamento parecía detener el paso del tiempo, congelando aquel instante en un presente inacabable.
Dio un tenue sorbo a la copa mientras asentía con gracia a una de las chanzas del gordo general a la que ni siquiera había prestado atención. Voidova empezó a preguntarle algo pero el súbito griterío de la multitud le impidió oír nada más allá del terror sin palabras en un centenar de gargantas.
Y por encima de este Atlua escuchó el conocido chasquido de los disparos láser.

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