Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

miércoles, 9 de junio de 2010

Atlua. Fiesta de recepción. Colmena alfa. 06

El hedor característico a carne y sangre quemada llegó a ellos. Sonner sacó una pistola láser de su gabardina y buscó blancos entre la angustiada multitud que corría de un lado a otro. El gordo general de la FDP se lanzó al suelo mientras el mutilado Eygor con sus reflejos de soldado protegía a su señora con su propio cuerpo. Atlua por su parte se agachó tras una mesa volcada buscando cobertura lamentando para sí haber dejado la pistola de autodefensa en la nave. Intentó acercarse al resto del séquito del inquisidor pero estaban demasiado lejos y parecían estar sometidos a lo más feroz del castigo.
-Déme su pistola.- ordenó a Temmefls poniendo todo su poder en la orden.
Este asintió con los ojos vidriosos y se la entregó con rapidez. Era una recargada pistola bolter, tranquilizadora en su peso pero con un pequeño cargador.
Atlua tironeó de la cintura de Sonner para que se agachase. Este se puso de rodillas junto a ella y cambió el cargador de su pistola láser.
-¡Por la arcada!- gritó antes de incorporarse y disparar sobre la improvisada barricada. Atlua se levantó tras él y lanzó un mirada. El patio la zona de aterrizaje estaba sembrada de cadáveres, pero un poco más allá un grupo de los guardaespaldas parecía plantar cara a los atacantes: La banda de música había conseguido pistolas del Emperador sabía donde y un grupo de facinerosos recién llegados se había unido a ellos para sembrar el caos.
La interrogadora apuntó con cuidado y alojó un disparo en el torso de uno de los violinistas. El hombre se observó con expresión estúpida el boquete del pecho antes de que la espoleta del proyectil bolter le hiciera saltar por los aires lanzando una lluvia de sangre a sus compañeros.
Pero Atlua no pudo ver esto, la sacudida del retroceso fue como si la hubiesen golpeado. No tenía nada que ver con el seco golpe de su compacta pistola de autodefensa. Cayó hacia atrás y el arma rodó por el suelo.
Alguien la ayudó a levantarse. Era el callado veterano Eygor con una sonrisa retorcida en su cara.
-Use esta, señora.- dijo mientras ponía en sus manos un modelo de pistola láser diseño de Hanvren, gastada por el uso continuado. Asintió con gratitud y se puso de nuevo a disparar contra los agresores. Voidova estaba ahora junto a Temmefls que intentaba conservar su honor protegiendo a la señora. Eygor se unió a Sonner y ella con la pistola bolter recogida del suelo y entre los tres comenzaron a castigar con crueldad a los atacantes que no tenían forma de encontrar cobertura ante su ángulo de disparo.
-¡No veo al inquisidor!- gritó Sonner.-¿Dónde está Hellsing?

1 comentario:

  1. Y luego dicen que la banda siempre toca hasta el final. La recepcion esta siendo bastante entretenida de momento. Os seguimos.

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