Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

viernes, 16 de abril de 2010

Muzazhi. Tierras pielesverdes. Hemisferio Ártico. 02

Dos orkos aguardaban escondidos bajo el velo de estrellas de aquel cielo perpetuamente nocturno observando la lejanía con sus ojos rojos y expresiones de concentración que parecían fuera de lugar en sus simplones rostros bestiales.
Los enormes y desgarbados pielesverdes balanceaban sus cochambrosas armas automáticas de un lado a otro apuntando hacia la negrura que les rodeaba con nerviosismo.
-Kreo ke lo dejamoz atraz.- comentó uno de ellos con voz gutural que rompió el silencio de aquel infierno helado.
-Puez yo kreo ke tendriamoz ke haberle kortado el kuello.- gruñó el otro através de sus enormes comillos.- azí al menoz no noz eztaríamoz kongelando.
Ambos habían compartido esos pensamientos un sin fin de veces, sin embargo ninguno de los dos había encontrado el valor suficiente para intentar el asesinato.
-No debimoz ezkapar. Kazkakraneoz noz machakará zi ze entera.
-Kazkakraneoz no zabe ke Muzazhi ezta loko. Tenemoz ke dezirzelo.
Los dos captaron a la vez el ruido a sus espaldas. Se giraron con torpeza y sus akribilladores vaciaron un cargador llenando la noche de estampidos atronadores y rugidos de furia.
No había nada.
-No entendi lo de la kabra. Ni ziquiera ze lo ke ez una kabra. Y ademaz me dijo ke no me veía loz kuernoz.-mientras su compañero cambaba el cargador de su arma el que hablaba se tocó su casco hecho con láminas de metal mal trabajadas y chapuceramente soldadas entre sí, adornado con la cornamenta de una bestia desconocida. Había conseguido ese casco tras romperle el brazo a su anterior dueño y estaba muy orgulloso de él y de sus enormes cuernos. El zenzei debía estar ciego para no verlos.
El otro seguía mirando la negrura parpadeando por que los fogonazos de su arma le habían anulado la visión nocturna. Su pequeño cerebro le decía que algo andaba mal, pero los pielesverdes no se caracterizaban por hacer caso a esa parte inútil de su enorme cuerpo.
-La únika forma de kombatir ez correr hazia el otro aullando y dizparando como lokoz. Para ke ze kagen de miedo y zepan lo ke lez ezpera. Nada de ezkonderze, veztirze de negro, ezperar en zilencio... ezo no va kon nozotroz, ¡ezo ez de kobardez!.-el orko escupió a un lado con desprecio.
-Y ezo de “hazer embozkadaz”... ¿ke paza zi no eztamoz en un bozke? ¿Y zi eztamoz en una ziudaz?.
De repente una enorme forma oscureció las estrellas surgiendo a sus espaldas. Dos manazas sujetaron las cabezas de los orkos fugados que soltaron un aullido e intentaron revolverse sin éxito. Los akribilladores volvieron a resonar en la noche lanzando una vana lluvia de proyectiles.
-Entonzez kanijoz eztupidoz ze llaman enziudadaz.
Y con una violencia que contrastaba con su calmo comportamiento el zenzei Muzazhi entrechocó las cabezas de sus antiguos alumnos hasta que la sangre salpicó la nieve helada y ambos dejaron de moverse.
Dejó caer los cadáveres mientras el resto de orkos salían de las sombras sorprendidos por que su maestro hubiese conseguido acercarse tanto sin que lo percibiesen como para matar a los dos traidores con sus propias manos.

Muy lejos de aquella escena, donde el sol iluminaba tenuemente el mundo, una nave estaba aterrizando en ese mismo instante, una mujer trabajaba intentando no pensar en el marido que había marchado hacia el infierno helado y un vendedor se acostaba aun en shock por los extraños acontecimientos que habían ocurrido en su tienda. Muzazhi no sabía nada de esto, y ellos no sabían nada de Muzazhi, pero todos serían piezas clave en el futuro de Valaquia Prima.

3 comentarios:

  1. No se que tiene el sentido del humor orko que me recuerda a las bravatas aragonesas de toda la vida, os seguimos con interes.

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  2. Ese comentario evoca una imagen aterradora... Aunque siempre hemos pensado que el diseño en cuadrícula del klan Goff se parece demasiado a un cachirulo... y tenemos un montón de orkos sin pintar y algo de masilla verde... ;)

    Hummm, quien sabe tal vez en un futuro se vendan las miniaturas promocionales de "La caída de Valaquia Prima" en Taj Mahal.
    ...un hombre puede soñar...

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  3. No lo dudeis, si algun dia haceis miniaturas tematicas contad con un cliente fiel o al menos con un baturro acerrimo.

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