Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

sábado, 23 de enero de 2010

Hellsing. Órbita sobre Valaquia Prima. 04

Lucca no dijo palabra, su guardaespaldas no era el mejor conversador del mundo, pero sabía escuchar. Ambos tenían un acuerdo tácito, el hombretón no era hombre de muchas palabras, no molestaría a Hellsing con charlas intrascendentes pero cuando hablaba el inquisidor hacía bien en escuchar. Diría cosas duras y crueles, pero serían la verdad absoluta. Aquello le había ayudado durante sus últimos años. Mucha gente enmascaraba sus verdaderos pensamientos ante el viejo y encorvado inquisidor, pero mostraban su verdadera cara cuando el único que miraba era el mudo guardaespaldas. Ahora tenía intención de oir su opinión.
-¿Qué te parecería servir a Atlua Blaria?
El guardaespaldas torció el gesto y se pasó la mano de metal por la barba.
-Es intrigante.
-Mucha gente diría que eso la cualifica para el puesto.
-Es una zorra intrigante, demuestra demasiado fervor por demostrar que es la mejor de tus pupilos y no le importa como conseguir los méritos.
-Eso demuestra que es ambiciosa.
-Orangal también lo era.-dijo aquella voz tranquila y pausada.
Aquello le dolió. Orangal. Era un duro golpe. No lo esperaba y los años no habían mitigado la traición.
Estuvo a punto de decir algo de lo que se habría arrepentido, pero sabía que la intención de Lucca no era provocarle.
El guardaespaldas pareció darse cuenta del malestar de Hellsing y se disculpó.
-Lamento lo que he dicho, no debería haberlo mencionado. Sabes que estoy acostumbrado a hablar con la espada y no con la lengua...
Un gesto de las pálidas manos manchadas por la edad del inquisidor le indicó que todo estaba olvidado, a pesar de esto Lucca continuó hablando.
-...pero no aprobaré que eligas a Atlua Blaria.
El anciano pareció meditar unos instantes.
-Entonces me recomiendas a Sonner Blendeh.
-Es apenas un muchacho, demasiado ansioso por la causa pero sin la edad suficiente para hacerle templar su carácter y usar el cerebro.-opinó negando con la cabeza.
-¿Entonces?
-No te mueras.- dijo encogiéndose de hombros.
Hellsing emitió una carcajada seca y amargada. Después soltó un suspiro y cambio de tema.
-Antes de ir a Valaquia hay una cosa que debes saber. ¿Sabes que hay en el almacen rt/8 de la nave?
Lucca negó con la cabeza.
-Nadie lo sabe,- continuó Hellsing,- ni siquiera el capitán pero muchos teorizan, artefactos Xenos, Reliquias del Administratum, herejes o psíquicos en animación suspendida para llevarlos al Cónclave, incluso alguien propuso que eran bombas víricas para llevar el Exterminatus a Valaquia Prima. Es algo más terrible que eso y solo yo tengo acceso a esa zona, es algo que no puede caer en malas manos. Ahora te he dado autorización para que entres tu también.
Los ojos de Lucca se abrieron de par en par, fue incapaz de decir nada ante aquella muestra de confianza.
-Pero debes prometerme que solo entrarás si la situación escapa al control de quien me suceda.
El guardaespaldas asintió sin decir nada, aturdido aun por aquella inesperada responsabilidad.
-Bien, ahora hagamos mi equipaje, necesito salir de esta nave y respirar aire fresco.

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