Aviso del Cronista.

La caída de Valaquia Prima es un conjunto de relatos estructurados como una novela río sobre los sucesos que acontecen en ese planeta ambientado en el universo ficticio de Warhammer 40.000.

El creador de este blog solo tiene el objetivo hedonista slaaneshiano de pasarlo bien y hacerlo pasar bien a quien pueda leerlo. Sus relatos están hechos por fans y para fans de los fantásticos juegos de Games Workshop y por tanto no es para nada oficial ni está respaldado por susodicha empresa, no pretendiendo con ello afrentar su posición ni menoscabar su trabajo.


Pensamiento del día.

viernes, 27 de agosto de 2010

Hellsing. Colmena alfa. 10

Los nudosos dedos tamborilearon sobre la superficie de la holopantalla ubicada en la mesa. Más y más datos pasaron ante sus ojos mientras los hacía a un lado con los movimientos de sus decrépitas manos. Informes y más informes. De la FDP, de la escolta de colmena Beta, de algunos servidores lexicomecánicos presentes en la horrible masacre del día anterior...
Ninguno le interesaba.
Solo había demostrado interés en el parco informe que le habían trasmitido Sonner y Atlua. Era muy escueto y principalmente hablaba de la dama Voidova y su actuación psíquica.
A pesar de los esfuerzos del Apotecarium donde estaban internos era loable que hubiesen tenido fuerzas para realizar el documento tan rápido. Tal urgencia le decía mucho más al viejo inquisidor que lo meramente expresado por palabras. Estaba orgulloso de ellos, y sabía que algún día ambos serían grandes inquisidores por derecho propio.

Hellsing consultó la hora. Aun quedaba un rato para la reunión con el Alto Señor. Por un instante fantaseó con la idea de echar una cabezada, pero le faltaba un informe, el más importante de todos. El que estaba a punto de llegar.
Como si le hubiesen dado la orden de entrar la puerta se abrió automáticamente revelando una enorme forma en el umbral del espartano habitáculo.
-Inquisidor-
Hellsing saludó con un movimiento de cabeza la llegada de su guardaespaldas.
Nada en su aspecto delataba que había luchado a muerte el día anterior. Incluso llevaba una vestimenta similar. Solo una sutura en la mandíbula daba una pista sobre lo ocurrido.
La mano izquierda reposaba sobre la empuñadura de su mandoble pero lo que llamó su atención fue que la extremidad metálica que sujetaba una pequeña caja contra el cuerpo.
-¿Qué has descubierto?-inquirió el viejo ansioso.
El guardaespaldas dejó la caja en el suelo y la abrió sin ceremonias.
-Pensé que quería ver esto.
La mano de acero sacó un grotesco objeto.
Gotas de sangre cayeron sobre la holopantalla.
Dos blanquecinos ojos muertos observaron al inquisidor.
El viejo mantuvo la mirada; en su vida había visto cosas mucho peores que una cabeza cercenada.
Tocó con la punta de un dedo una gota de sangre derramada.
-Lo hiciste sin activar la carga de tu espada.
Lucca asintió.
-Recordé que la energía inutiliza las sinapsis al decapitar.
Una seca carcajada brotó de los arrugados labios del inquisidor. La crueldad impregnaba aquel sonido.
Puso los dedos sobre las sienes del macabro trofeo y comenzó a concentrarse.
-Antes de eso inquisidor le convendría saber una cosa.
Hellsing soltó la cabeza fastidiado por la interrupción.
-¡¿Qué?!
-Ya se por qué no hemos podido contactar con el grupo de infiltración enviado hace meses desde el aterrizaje.
Hellsing volvió a mirar la cabeza. Lo que estaba adivinando en ese momento era inconcebible.
-Se llamaba Acters Klopat. Era uno de ellos.

1 comentario:

  1. Pobre inquisidor, las traiciones no han esperado ni a que deshiciera la maleta.

    Os seguimos!

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